Vida ama Placer

Granada útero

Me surge escribir acerca de esta maravillosa relación porque es la base de mi trabajo tanto corporal como terapéutico.

Yo la veo así: como dos enamorados, la Vida se entrega al Placer, y el placer genera Vida. El resultado es una vida gozosa, en lo fisiológico y en lo emocional. Sencillamente gozosa, que no es poco.

SE ATRAEN COMO IMANES

Y aprovechan cualquier ocasión para unirse. El primer escarceo es el más evidente: la concepción, el acto sexual en sí. Este primordial encuentro está diseñado filogenéticamente en los homínidos para que sea placentero, qué te voy a contar.

El objetivo es que la supervivencia como especie sea deseable  y fácil de llevar a cabo. Así pues, en nuestro cuerpo toda la anatomía implicada en el acto amoroso genera gustito: los genitales, la piel, los labios, los pezones, las manos. Bien, esto como ya he dicho, es evidente. Se entiende perfectamente.

Y lo mismo ocurre con la supervivencia como individuo, la nutrición. Comer un exquisito plato que hace el amor a tu paladar también es evidente: La Vida ama al placer. Pues lo mismo ocurre con todas las principales funciones orgánicas: se regulan a través de esta señal inequívoca de salud.

Y entre las funciones fisiológicas más fáciles de sentir esta relación están descansar, bostezar, hacer pis, hacer caca, moverse incluso. Sabemos que estamos o hacemos bien ya que sentimos placer en nosotras al realizarlas. Satisfacemos una necesidad inherente hacia la homeostasis, que es el estado de equilibrio de nuestro organismo.

PULSIONES REPRIMIDAS

El deseo de placer tiene una función orgánica, es una pulsión del cuerpo que tiene la función de regulación energética de todo nuestro organismo. Casilda Rodrigañez lo explica muy bien en esta conferencia. Y también nos revela, porque lo ha estudiado profundamente, cómo el sistema en el que vivimos se ha dedicado tenazmente en suprimir dichas pulsiones.

EL VERDADERO CULPABLE

Sí, hablo del sistema patriarcal. Este sistema que nos atraviesa a todas y todos, nos domina y deforma desde hace unos 5000 años y de cuyos orígenes y bases hablo en este otro post.

Resumiendo bastante, este sistema está basado principalmente en el miedo. En el más primario: el de no ser aceptadas, que es de lo peorcito que le puede pasar al Yo y el motivo por el que creamos las defensas del Ego.

Y el primer temor: no ser  aceptada por mi madre: abrazada, amamantada, consolada,…en definitiva respetada. Respetada legítimamente como ser perfecto, adecuado, y no erróneo, con mis ritmos, mis capacidades, mis deseos, mis gustos, mis satisfacciones y en general mi capacidad autorreguladora.

Pero el sistema le va a exigir a mi madre que me desvíe de ese estado natural. La excusa: protegerme, prepararme para la vida moderna, que es dura, y si no lo hace ella, “otra persona” se encargará de desprender el velo…y será peor. Eso como madre da miedito.

CORAZAS HECHAS DE PURITO MIEDO

Y en ese sentido puede que cuando soy un bebé mi madre o mi entorno más cercano me haga comer sin que yo tenga hambre, que me despierte para controlar mis ciclos, que me haga contener mis esfínteres sin que mi cuerpo esté preparado, que me coloque en posiciones para los que mi musculatura aun no esté preparada o que me haga un gesto sutil de reproche si toco mis genitales, por dar unos cuantos ejemplos.

HABLA CHUCHO QUE NO TE ESCUCHO

Y así se va gestando en mí lo que Christine Northup en su libro Cuerpo de Mujer, Sabiduría de Mujer define que es el patriarcado: la separación cuerpo-mente. Es decir, mi cuerpo habla pero mi mente no le escucha y por tanto no responde a mis pulsiones. Tengo hambre pero no me doy cuenta, tengo sueño pero no descanso, tengo ganas de hacer pis pero me aguanto, tengo un deseo sexual pero lo censuro y no me lo permito.

Y ese cuerpo de niña, perfecta en su naturalidad, en su verdad orgánica, se convierte en la “niña buena” de la que habla Mónica Felipe Larralde en sus cursos y artículos: en carne de cañón de todos los mandatos del sistema. Y nunca mejor dicho, carne, ya que no en vano la antropología detenta un término para este proceso: embodyment (que se podría traducir como incorporalización), a través del cual los valores de mi cultura se encarnan en mí, sus hábitos y usos se hacen materia en mi cuerpo.

CORAZAS HECHAS DE MIEDO

Así pues la prisa, el estrés, el esfuerzo, la competencia, el culto por la delgadez, la pornografía,…valores tan en alza en mi cultura, condicionan mis hábitos hasta tensar mis músculos, comprimir mis órganos, hacer que se libere adrenalina en mi cuerpo constantemente, intoxicándolo y desvitalizándolo. Llegando a un trato deshumanizado conmigo misma.

CENTRO DE PLACER ACORAZADO

Uno de los órganos más afectados en el cuerpo “femenino” es el útero, centro primordial de energía, encargado del buen funcionamiento de nuestra sexualidad, coincidente con el segundo chakra, Swadisthana, el creativo, el “yo creo”. Y junto con los ovarios y las trompas uterinas (llamadas de Falopio, aunque mi cuerpo no lo coloniza nadie), forman parte del sistema genital, hormonal y reproductor del cuerpo nacido femenino.

Y nos dejamos una cosa muy pero que muy importante: el útero es el megáfono del placer mediante sus palpitantes ondulaciones. Y no me refiero solamente al placer del acto sexual, que también, sino al placer que obtenemos de cualquier pulsión satisfecha.

La exigencia física del “vientre plano” o el de la “cintura de avispa”, unido al desprecio y aversión hacia todo proceso de la sexualidad femenina, salvo la reproducción (que el capitalismo también desprecia por no remunerar económicamente), y salpimentado todo esto con arraigados mandatos judeocristianos de pecado y condena, provocan graves bloqueos y desmovilización de esta zona, el útero y sus inmediaciones.

¿Consecuencias? la incapacidad de este mágico órgano de irradiar placer al resto del organismo y que nuestro sistema nervioso no pueda conectar con la paz de un cuerpo satisfecho. Nos solemos encontrar muy acostumbradas a no sentir  nuestras necesidades más apremiantes por temor a no poderlas satisfacer o que al satisfacerlas estemos traicionando a la madre, símbolo del condicionamiento de este sistema de guerra infinita.

Y de ahí, estas menstruaciones invalidantes, partos infernales, menopausias patológicas diagnosticadas como “normales”, dificultades para alcanzar el orgasmo, infertilidades productivas y reproductivas, adicciones diversas, incapacidades para la expresión genuina, desgana en general.

PERO VOLVAMOS AL INICIO

Podemos volver a conectar para desconectar. No es difícil. Solo hay que alentar ese enamoramiento

VIDA PLACER

Como te contaba al principio, tanto en mis clases como en mis acompañamientos individuales mi principal objetivo es esa desobediencia al sistema a través del amor a una misma, al autocuidado y la recuperación del placer, del gozo y del deleite corporal.

Aquí te dejo 5 MANERAS DE ESTIMULAR EL PLACER COTIDIANO EN TU VIDA:

Reúnete con otras mujeres en actividades que fomenten la feminidad, es decir la empatía, la pausa, la paciencia, la creatividad. Siempre con Sororidad.

Baila libre. Con música o sin ella. Simplemente muévete así como te pida tu cuerpo, dándole el capricho.

Conoce a tu útero. Esto es muy, muy poderoso. Busca alguna imagen anatómica del útero, otras simbólicas, imprímelas dibújales rayos de luz, ondas de placer, y colócalas en lugar habitual para ti.

Cálzate una sonrisa. Parece absurdo, incluso hipócrita, pero este simple gesto le transmite a tu organismo que todo está bien, y éste liberará la batería química necesaria para que así sea.

Dúchate como si hiciera un año que no lo haces. Y siente el placer del agua correr por tu piel.

Venga y una sexta: simplemente sé consciente de tooodas las veces al día que sientes placer y regocíjate en ello. Placeres cotidianos como desperezarte, lavarte los dientes, cocinarte sano, entrar en calor cuando hace frio, beber agua rica y fresquita que parece que se lleva toda toxicidad de tu cuerpo,…el abrazo espontaneo de tu peque, dibujar porque sí, aprender algo que no sabías,…¿cuál más se te ocurre? Ah, vaciar la papelera del ordenador ummmm…Bueno, y además todo lo que suponga vínculo de calidad: reunión distendida con colegas, una conversación inteligente, una mirada furtiva y mutua en la calle…disfrútalo.

En clase o en sesión te mostraré además cómo llevar todo ese placer a tu útero, traducir toda esa energía sexual en abundancia y poder así vivir una vida orgásmica.

Photo by Feliphe Schiarolli on Unsplash

 

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