Yo soy...

Cárol Corrales
YO Y LA DANZA
Que yo recuerde siempre me ha gustado aprender. Eso es a lo que respondía cuando imaginaba mi profesión: quiero seguir aprendiendo siempre. Y así ha ocurrido, lo que me ha llevado por diversos derroteros, desde la fotografía, al diseño, la infografía, la publicidad…y al fin la danza.
Bailar, bueno, vale. Quizá sí. Ahora haciendo memoria me recuerdo de bien pequeña bailando, creando coreografías, sí…pero en realidad yo no busqué la danza en mi vida…ella me encontró. Fue la Danza Oriental la que se me plantó delante, me sedujo, me hablo muy adentro y me recordó cosas que había olvidado sobre mí y mi feminidad, sobre mí y las mujeres…hasta hacer de mí una mensajera incondicional. De eso hace más de 20 años.
Desde entonces he sido alumna, profe, coreógrafa, miembro de compañías, directora de compañías, bailarina en solitario…he bailado en conciertos, concursos, ferias, bodas, comparsas, cabalgatas, restaurantes,…espectáculos de todo tipo. He dado y recibido cientos de cursos, talleres, clases,…todo eso me ha traído hasta lo que soy hoy y lo agradezco profundamente.
YO Y MI MATERNIDAD
Pero fue definitivamente mi maternidad lo que me hizo dar un salto cuántico en mi práctica y en mi vida.
Y aquí debería decir mis maternidades. Porque primero llegó Lola…y luego se fue. Con un mes y medio de vida se fue…dejándome a mí y a todo a mi alrededor con un vacío ensordecedor. Tan y tan ensordecedor, y tan y tan vacío, que sin darme cuenta caí. Yo me creía recuperada cuando llegó mi segundo hijo…pero no. Y en ese pozo que fue mi maternidad los primeros tiempos (y me consta que la de muchas madres), con un bebé solícito en los brazos y yo sin garras para trepar, pasé largo tiempo.
Siento habértelo soltado así, tan de sopetón. Fue tal y como ocurrió.
YO Y MI FEMINISMO
Pero eso quedó atrás. El recuerdo de mi hija no, por supuesto. Pero sí el duelo. Solo quedó mi herida de guerrera que ya solamente escuece cuando se me nubla la vista. Por suerte hoy puedo decir que he salido de ese profundo pozo, rígido y blando a la vez, en el que pasar un solo día es desesperantemente pringoso.
Y salí gracias a una cosa concreta: el Feminismo. Mejor dicho, los feminismos.
Esa no te la esperabas ¿verdad? Pues sí, el ecofeminismo, la teoría queer, la cuarta ola,…me explicaron como mujer(es) que soy. (También se lo debo a Nuria Gallego. Gracias hermana siempre). Y salí reconciliada, más sabia y conectada a la Vida…sí, pero…
YO, TERAPEUTA
Pero esta nueva Cárol que resurgió ya no es la misma, supongo que perdí la inocencia: mi piel ha sentido cosas muy intensas, difíciles de explicar. Cosas que hoy, por fin, me aportan una perspectiva de comprensión que antes no tenía, o quizá nunca había necesitado tener. Efectivamente, yo he estado ahí y por alguna razón he adquirido la capacidad de ver los engranajes internos que producen los auto-sabotajes, las insatisfacciones, o la sensación de “no puedo”. Desde ahí es desde donde trabajo, en busca del gozo y con com-pasión por todo lo que acontece.
MI PROPUESTA...Y YO
Me propongo a mí misma con todo mi bagaje vital y mi formación terapéutica y expresiva para acompañar cuerpos creativos hacia una feminidad (ser fémina) completa y gozosa, donde todas las mujeres que eres, las más masculinas, las más femeninas, la audaz, la sagaz, la veraz, la gurú, todas, sean abrazadas tanto en sus dones como en sus sombras para una expresión más genuina y soberana de ti misma.
mi trayectoria profesional
Tras todos los años y ciclos de formación y elaboración de mi propia danza, fruto de diversas disciplinas anatómicas y expresivas como la danza contemporánea y el flamenco, pero sobre todo la danza oriental y las danzas zíngaras, aproveché mi embarazo y maternidad reciente para reforzar mi acompañamiento terapéutico y expresivo a las mujeres.
Me formé y finalicé la especialización en Expresión Corporal y Teatro del Movimiento en el estudio de Marta Schinca. Con su maravilloso equipo y método descubrí principalmente dos cosas: uno, el placer de la Organicidad del movimiento auténtico, tan patente en la Danza Oriental y en todas las danzas del vientre a lo largo y ancho del planeta. Y dos, la Conexión cuerpo-mente en su sentido más expresivo.
Era justo lo que necesitaba…unido a mi formación plástica en diseño y arte, solo faltaba un detalle más: la base terapéutica.
Y la encontré en la Bioenergética de Alexander Lowen, un enfoque analítico y terapéutico que concibe, así resumiendo mucho, el cuerpo y la mente como unidad funcional, pudiendo intervenir en la regulación energética de uno a través del otro, y viceversa.
Ya tenía los dos fundamentos para el trabajo que quería llevar a cabo: la expresión y la terapia para el despertar del poder creativo interior.
Con ello creé Danza Oriental Conectiva, y más tarde DanzaÚtera y ahora Danza Movimiento Matriz Consciente con la gran aportación de la Terapia Menstrual, la Visualización Activa, el poder de los rituales y el feminismo radical.
Hoy puedo sentir que poseo las herramientas adecuadas y suficientes para un acompañamiento comprometido en el autocuidado y en la búsqueda de un sentido de identidad más íntimo en las mujeres, a través de la expresión y la conexión gozosa.
¿Cómo te gustaría que te acompañase?